miércoles, 29 de julio de 2009

Noche perpetua Parte 1.

Corría por el bosque, como si la vida le fuese en ello. Apenas sin mirar atrás, solo para cerciorarse de que no le seguían, sus piernas eran ligeras como plumas, que apenas tocaban el suelo. Sentía la humedad de las hojas y la tierra.

De pronto al mirar al frente encontró una silueta marcada por la oscuridad de la luna. Cuando consiguió fijar completamente la vista, se dio cuenta de que era la silueta de un lobo, pero con la misma rapidez que lo divisó, despertó en mitad de la noche. Estaba empapado en sudor y con el ritmo cardiaco bastante acelerado. Púas como algunos lo llamaban se mantuvo casi toda la noche sin conciliar el sueño. Siempre le ocurrían cosas parecidas, sueños cercanos a la realidad, que muchas veces tenían un significado o que simplemente se hacían realidad.

Era pleno invierno, con un frío que calaba hasta los huesos, Púas se encontraba en clase de manera distante. Al salir, Laura se paró a hablar con él.

- ¿Estas bien? te he visto hoy en clase algo extraño.-
- Si, no te preocupes, solo estoy algo cansado - contesto el chico de manera algo fría.

De camino a casa, montado en el bus, se encontraba escuchando música y con la mirada perdida, cuando de repente en un claro del parque, vio la misma silueta que en su sueño. Pero cuando quiso mirar con más detenimiento, no había nada, excepto árboles.


Púas se encontraba en lo alto de una enorme montaña, sus ojos contemplaban un basto campo de enormes árboles, abrazados por una enorme bruma matinal. En el horizonte el astro rey despertaba de su letargo nocturno. La belleza era abrumadora.

Púas escucho el crujir de unas ramas, se giro para ver que había producido ese sonido, cual fue su sorpresa al descubrir, que era un hermoso lobo, con un bonito y fuerte pelaje gris. Era bastante grande, y sobre su ojo derecho tenía una cicatriz, la cual habría sido producida seguramente en una batalla por proclamarse como lobo alfa de la manada.

El lobo parecía que de un momento a otro se dispondría a correr hacía él para atacarle. La tensión se podía cortar en el ambiente, las miradas entre ambos se mantenían, como si la muerte de cualquiera de los dos dependiese de quién retirase primero la mirada. De repente el lobo aulló estridentemente y Púas despertó de nuevo de su sueño.


A Púas todo esto le resultaba demasiado extraño, seguía algo despistado en clase, pero sin perder el tiempo. Los cosas con Laura parecían mejorar, ya que coincidían mucho por cafetería, charlaban normalmente y ella parecía estar interesada en él.

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